Cluedo

Nuestro tablero de juego reproduce la mansión donde ha tenido lugar un asesinato.

Las personas que se encuentran en la casa en el momento del suceso y que, como es de esperar, son sospechosas, están representadas por las fichas de colores que proporciona el juego. Sus nombres se relacionan directamente con el color de la ficha. Así tenemos al marqués de Marina (ficha azul), el doctor Mandarino (naranja), el Sr. Pizarro (negro), la profesora Rubio (amarillo), la Srta. Amapola (rojo) y la Sra. Prado (verde).

Las seis armas, que incluyen el arma homicida, están representadas por objetos que se emplazarán durante el transcurso del juego en diferentes lugares del tablero, según las especulaciones o sospechas de los jugadores. Estas armas son: el puñal, el candelabro, la pistola, la porra, la cuerda y la llave inglesa.

El tablero se coloca con todas las fichas en la casilla de inicio. Las fichas se emplazan en el tablero aunque no haya suficientes jugadores. Las armas se dejan aparte, a la espera de que los jugadores comiencen a formular sus hipótesis.

Los jugadores elige una identidad que se corresponde con la ficha de un color. Cada uno toma, asimismo, una hoja del bloc de notas, donde irá plasmando sus deducciones.

Se barajan por separado todas las cartas de las armas, de los personajes y de las habitaciones. Se coloca, de manera que absolutamente nadie las vea, una carta de cada montón dentro del Sobre del Asesinato. En el sobre se encontrará, pues, la solución del enigma.

Las cartas sobrantes se barajan de nuevo todas juntas y se reparten entre los jugadores, independientemente de que unos reciban más que otros, y manteniendo el más estricto secreto en cuanto a su contenido. Cada uno de los jugadores anotará las pistas que ha recibido en su hoja de notas, asegurándose de que nadie más puede ver el contenido.