Piko Piko

En Piko Piko los jugadores deberán arriesgarse con los dados para conseguir las sabrosas raciones de gusanos. A lo largo de la partida se pueden perder las raciones ya conseguidas, robar las de otros jugadores, y todo esto con el valor de las raciones conseguidas oculto porque se van apilando, de modo que hasta el final no se sabe quién será el ganador.

Rápido y divertido, Piko Piko es ¡apto para toda la familia! Los mayores se divertirán fastidiando a los contrarios y buscando ciertas estrategias, mientras que ¡los pequeños disfrutarán a la vez que practican el cálculo mental!

¿Cómo se juega?

Para ganar las raciones de gusanos, los jugadores deben lanzar los dados tantas veces como puedan o se arriesguen...
En cada lanzamiento deben separar uno de los valores que hayan salido (ejemplo, todos los 3) y, en adelante, ese valor ya no se puede volver a separar.
Para llevarse una ración de gusanos de la mesa, el jugador tiene que conseguir como mínimo 21 puntos (la ración más barata) y separar al menos 1 dado de gusano (valor 5) en alguno de sus lanzamientos.

El jugador falla su turno si:
- No consigue el mínimo de puntos para llevarse una ración.
- No ha separado ningún gusano al final de sus lanzamientos.
- En su lanzamiento sólo saca valores de los que ya tiene separados (no puede separar ningún dado nuevo).

En este caso, tiene que devolver la primera ración que tenga y dar la vuelta a la ración de más valor de la mesa (sólo en caso de que tuviera ya alguna ración).
En caso de que saque un resultado de una ración que no está en la mesa pero sí a la vista delante de otro jugador, puede robársela.

Las raciones ganadas se van a ir apilando delante del jugador de forma que sólo quede a la vista la última ración conseguida.

Cuando se acaben todas las raciones de la mesa, se comprueba cuántos gusanos ha recolectado cada uno y se determina quién es el ganador. En caso de empate de gusanos gana el que tenga la ficha de más valor.

¿Qué contiene?

8 dados
16 "raciones de gusanos" con valores de 21 a 36
Reglamento